Así que la pasada noche salí a observar pese a que la predicción y las imágenes del satélite decían que iba a estar nuboso hasta bien entrada la madrugada. Era mi tercer intento en dos semanas.
Como mi objetivo era Marte, salí tarde de casa para darle tiempo a que ganara altura.
Llego al lugar de observación escogido (a una media hora de Valencia) a eso de las once y media, y ni rastro de estrella alguna. Como hombre precavido vale por dos, yo me había llevado la mochila llena de libros y mapas para, al menos, pasar el tiempo entretenido.
45 minutos después comienza a llover al mismo tiempo que se abre un hueco en el cielo que abarca toda la constelación de Orión. Para de llover y decido montar el telescopio: si se van a abrir más claros quiero estar preparado. ¿Cómo poner en estación la montura si lo único que se avista es parte de Orión? A ojímetro.
El cielo se cierra y se abre por zonas y yo me meto en el coche y salgo de él dependiendo del panorama que veo.
Orión de nuevo fuera. Visita fugaz a M42 para dirigirme a la 1999. No se deja avasallar mucho esta noche, pero al menos se deja ver un poco el entrante oscuro al "aparente" centro de la nebulosa. De ahí salto al "cúmulo 37" (NGC2169) ¿Alguno de vosotros no ha visto este abierto nunca? Echadle un vistazo y averiguais porqué lo llaman "37"
Aparece Marte de nuevo. Está ya a considerable altura, pero con el espejo recién sacado del coche, rachas de viento y unas nubes pasando por delante, la imagen no es para recordar. Un Marte hirviente que no permite ver ni el casquete polar.
Enfoco a Castor y colimo un pelín el primario. Se abren mas claros por la zona N-W que muestran estrellas más puntuales de lo que es de esperar y una MALE mas decente de lo que corresponde a la situación, con las nubes naranjas incandescentes haciendo de pantalla encima de Valencia. ¿Esa mancha es M33? en el buscador sale con un tamaño parecido al de M33 y la poca luminosidad y detalle de M33 pero es demasiado fácil de ver. Una nube descubre la figura de Cassiopea y me doy cuenta de que la galaxia queda un poco más abajo por lo que la mancha resulta ser el cometa Holmes. Ya no es mas que un fantasma de lo que fue, tan amplio que no es posible abarcarlo, ni núcleo ni detalle alguno y casi casi transparente aunque... visible a simple vista. Vale la pena con prismáticos.
Cuando el viento deja el telescopio en paz puedo ver bien definido el casquete polar del planeta rojo a 300X (Radian 4), pero nada más. La noche no permite exprimir el telescopio ni mucho menos, así que habrá que seguir a medio gas.
Ursa Major al descubierto. Ya que no puedo ver detalles finos, por lo menos podré abarcar varios objetos con el Kí¶nig MK70 40mm con sus dos grados y pico y hacer un dibujo. M81, M82 y NGC3077. Entrar en el campo sí que entran y la visión es bastante sugerente pero las tres componentes están demasiado arrinconadas en el borde del campo como para hacer un dibujo que valga la pena. Después de un rato de contemplación busco nebulosa del búho y M108. Esta vez sí que entran bien y estéticamente en un ocular menor, por lo que invierto los siguientes 20 minutos en hacer un dibujo de la pareja. Ya lo había hecho tiempo atrás de los dos individualmente, ahora tocaba uno conjunto. Incluso creo que viendo los dos objetos simultaneamente soy capaz de notar el vacío que hay en M97. Los dos no, pero por momentos uno sí.
Avisto alguna más como NGC3945 y NGC4036 pero una repentina pérdida de transparencia me avisa de que una nube me expulsa de la constelación.
Apartando la vista hacia el oeste veo Leo completamente libre y con Saturno en la panza. Le enrosco los 300X de rigor al señor de los anillos y no los aguanta del todo bien (los aumentos, no los anillos). De todos modos no hay mucho que mostrar, ya que los anillos cada vez están más de canto y los detalles atmosféricos del gigante anillado son más bien pobres.
Ya de estar aquí, ¿dónde ir si no a los dos tríos de galaxias mas famosos de los alrededores? M95, 96 y 105, y 65, 66 y NGC ¿3628?
Ya que eran las 2 de la mañana pasadas, tocaba retirada. Los avisté más que observé, como para comprobar que nadie los había quitado de su sitio, como buques insignia de una de las zonas del cielo que más tesoros esconde. Eché una mirada fugaz prometiéndome volver pronto sobre todo a esa zona que se extiende detrás de Denébola en dirección Virgo.
No he visto gran cosa esta noche, ni si quiera he visto bien Marte que era el principal motivo de la salida, pero unos cuantos objetos me han recordado lo excepcional que es el cielo de invierno, así que en cuanto tenga ocasión, me pegaré una panzada de las mías.
Espero que alguien haya sobrevivido al mensaje.
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Saludos a todos.
Néstor.