Ayer tuvimos nuestra penúltima noche de observación del año en Higueruelas, y a pesar del frio y el viento, lo pasé muy bien gracias a la buena compañia y al cielo tan claro que había desde que se puso la luna hasta que me fui para casa.
Por primera vez llevaba un plan de observación, en el que además de galaxias, cúmulos y nebulosas, había incluido estrellas dobles y de carbono.
Os recomiendo a todos que observéis la estrella doble Almach (gamma andromedae). Para mi fue una sorpresa descubir una estrella doble tan brillante y con un contraste cromático tan bello entre sus dos componentes. Una azulada y otra amarillenta (no voy a decir que eran azul caribe y amarillo crema porque eso se lo dejo a los expertos en colores... ja ja!!)
También descubrí una estrella de carbono de Piscis, la 19 Piscium, que es la más brillante de todas las estrellas de carbono. Aunque me esperaba verla bastante rojiza, no me imaginaba que tuviese un color tan intenso. Cuando la ví me quedé sin palabras...
Se puede decir que ayer me di cuenta de que el color también existe en visual cuando uno se pone a observar dobles, estrellas de carbono y cúmulos abiertos, y la verdad... fue una gozada.
Anoche también le encontré el gusto a la observación de cúmulos abiertos. Hay tantos y con tantas formas distintas, con formas curiosas, contrastes de color entre sus estrellas, con estrellas dobles, tríples o cuádruples dentro o incluso planetarias como en M46.
Entre los muchos cúmulos que ví anoche me llamó la antención M35 en Géminis. Tiene justo a lado de NGC 2158, un cúmulo abierto mucho más lejano que M35, a unos 16000 años luz. La visión conjunta de los dos cúmulos da una sensación de profundidad que pocas veces había apreciado en otros objetos.
Ahora solo me falta dibujar, que es la mejor manera de recordar lo que uno está observando. A ver si esta noche me animo y me estreno en el dibujo...
Un saludo,
Juan Carlos
